Seguimos nuestra ruta por la Rusia profunda. Las condiciones son durísimas y empezamos a acusar el agotamiento acumulado. Las carreteras siguen igual de mal o peor. Hoy no hemos almorzado ya que no hemos encontrado ningún lugar donde hacerlo. Hace ya días que todas las indicaciones de las carreteras están en cirílico y nos hemos acostumbrado. De todas formas son pésimas y esto ha causado que hoy terminásemos en la frontera con Bielorrusia por error. El nivel de pobreza es escandaloso y seguimos con esa sensación de miedo por parte de los rusos. Hemos visto el primer cartel que hace referencia a San Petersburgo; marca 650 Km pero nos faltan muchos más ya que vamos dando un rodeo. Hoy hemos atravesado zonas de lagunas y pantanos. Todo el paisaje es muy plano. La temperatura es muy alta y tenemos que parar cada instante para hidratarnos.
Hemos llegado a a ciudad de Velikie Luki, donde después de una odisea hemos conseguido encontrar un hotel más o menos decente, cenar y coger una alegría a base de vodka. Necesitamos relajarnos un poco.
Hemos organizado las entradas del diario por meses por si interesa consultar la evolución del viaje desde el principio.